Se retiro Pablo Falero, el jockey que ganó más de 9.000 carreras y al que comparan con Maradona

El sábado 21  Falero corrio  al caballo Roman Oak, y luego participo de un acto de despedida por parte de los directivos de la Comisión de Carreras del hipódromo Argentino de Palermo. No se alejará de las pistas, pero ya no correrá.

No son muchos los deportistas extranjeros que consiguen algo histórico en la Argentina. Incluso es difícil que sean idolatrados por el común de la gente. Pero Pablo Falero (53) lo logró, y más allá de tener una decisión tomada, le siguen insistiendo con que lo reconsidere. Nació en Colonia, Uruguay, el 12 de diciembre de 1966. Fue papá a los 17 años y abuelo antes de los 40. Cuando era chico y vivía con sus padres, nadie imaginaba que su vida lo iba a llevar a ser la figura de un deporte en otro país, causando furor en el público y, principalmente, en sus rivales.

“Mi papá fue puestero de estancia y cuando teníamos edad de secundaria se quiso acercar a la ciudad y encontró el trabajo como capataz en el Hipódromo Real de San Carlos de Colonia. Nosotros vivíamos en ese lugar. Y ahí empezó esta historia increíble porque fue donde tuve contacto con el caballo de carreras. Vi los Pura Sangre, empecé a compartir desde abajo viendo los studs, me fui haciendo amigo de los chicos que estaban con los caballos, hijos de cuidadores y entrenadores, hasta que en un momento me dieron la oportunidad de subirme. Cuando vieron que andaba bien pidieron que yo entrara a varear y bueno, cuando anduve a velocidad en un caballo me apasionó”, comienza relatando Falero, con lágrimas en los ojos.

-Recién empezás a hablar y ya estás emocionado…

-Uno se va quebrando, más ahora que ya pasaron 38 años de actividad con unos logros impresionantes. Uno sueña y anhela, pero me llegaron cosas que nunca creí posibles. Encontré un lugar muy bueno y disfruto mucho de mi profesión.

¡Falero, viejo nomás! El uruguayo cruzó el disco ganador nueve mil veces. Récord difícil de igualar. (Hipódromo de Palermo)

¡Falero, viejo nomás! El uruguayo cruzó el disco ganador nueve mil veces. Récord difícil de igualar. (Hipódromo de Palermo)

Para dimensionar quién es Falero: ganó más de nueve mil carreras, algo absolutamente histórico y que muy pocos a nivel mundial lograron. Camina por las plateas y no hay persona que no le pida fotos o le envíe un mensaje de aliento. Un hombre de unos 80 años le dice “Pablito querido, no nos abandones”, el aún jockey se detiene, lo abraza y se queda hablando unos minutos. Para seguir con las estadísticas, Falero obtuvo el Gran Premio Carlos Pellegrini en cuatro oportunidades.

Sin dudas, una de las curiosidades más grandes que tiene el uruguayo en su haber es la de haberse enterado que superó los nueve mil triunfos el mismo día y una vez consumado, ya que inicialmente las cuentas en el turf se hacían a mano hasta que llegó la tecnología, y él desconocía sus números exactos.

Falero entra en el campo de los deportistas que son muy reconocidos por sus pares. Como sucede en el fútbol, en el tenis o en el básquet: “Ahora que me retiro caigo en cuenta de lo que logré. Hay veces que uno es muy bueno en lo que hace, pero cuando deja de hacerlo se olvidan rápido. Creo que lo que yo logré es que hasta mis propios colegas me tengan un gran afecto. A pesar de que les gané muchas carreras, que te quieran es muy importante. Siempre fui muy fair play. Me comparan con Maradona y es increíble, aunque en el momento no te das cuenta. No era consciente de lo que me estaban diciendo, recién ahora lo entiendo. Paso por la tribuna y recibir mensajes como el del señor es lo que te llena la vida. Es gente que está hace muchos años viendo carrera. Si te dicen una cosa así es porque generaste algo muy bueno arriba del caballo, hiciste bien lo que hiciste. Siempre trato de responder que yo no los abandono, que me bajo del caballo y que lo mejor que nos puede pasar es que Pablo Falero se retire en el momento justo, y no tener que lamentar malos recuerdos por accidentes”.

Su última frase es el motivo principal de su decisión. Con 53 años, el jockey tomó la decisión de ponerle punto final a su carrera porque “todo tiene un ciclo. Pasé 38 años corriendo, el físico en esto se golpea mucho, de hecho tengo golpes bastante importantes que incluso hace 20 años casi me dejan afuera de las pistas. Cuando uno se pone más grande empieza a pensar. Un accidente a esta edad no es lo mismo que a los 25 o 30”.

Falero se refiere a lo que sucedió el 7 de febrero de 1998. En la cuarta pista de ensayos de San Isidro, un potrillo se boleó, lo tiró contra la empalizada y se le cayó encima. Sufrió tres fracturas de vértebras cervicales. La operación duró nueve horas.

-¿Cómo recordás ese día? ¿Pensaste que no volvías más?

-Lo recuerdo con una tristeza enorme. El año anterior había corrido más de 2000 carreras y había terminado un año muy bueno. Me fui de vacaciones 15 días, se fueron alargando y al segundo o tercer día de volver me pasó lo que me pasó. Sufrí mucho por el golpe, por la recuperación, pero fue más que nada lo psicológico. Trabajamos desde el punto de paciente lo mejor posible y eso hizo que me recupere bien. Me tocó volver el 7 de noviembre en un Grupo 1 (los más importantes de potranca) y lo gané. Fue un año de mucho sufrimiento que terminó de una forma muy feliz.

Uno de los mayores pergaminos de Falero, con 39 años de carrera, es el reconocimiento de sus pares, de los más jóvenes a los más veteranos.
Uno de los mayores pergaminos de Falero, con 39 años de carrera, es el reconocimiento de sus pares, de los más jóvenes a los más veteranos.

A los 14 años comenzó a correr. A los 17, con sus esposa Patricia, debutaron como padres. Estaba en Colonia y se fue a Maroñas, Montevideo, donde tuvo un excelente rendimiento. Pero, ¿cómo llegó a la Argentina? “Maroñas estaba decayendo y yo había forjado una campaña muy buena, y la historia ha dicho que los jockeys uruguayos han tenido muy buena campaña en Argentina. Me fueron a buscar, me hicieron una oferta para que venga pero la rechacé porque no me sentía preparado. En 1991 tuve la oportunidad de venir a correr con una yegua uruguaya la primera edición de la carrera Las Estrellas, que se inauguraba ese año, y una persona me llevó a hablar con el propietario del Stud Tori, que me hizo una oferta. Quedé en contestarle, hablé con mi familia y decidí aceptar. Fue una muy buena decisión venir a la Argentina”.

Con Patricia, su esposa, comenzó a salir a los 15, y dos años después fueron padres de Vanesa (35). Luego llegó Romina (30); y por último Pablo (24), que nació en Buenos Aires. “Tuvimos uno en cada ciudad que vivimos”, dice entre risas. Y también tiene nietos: Alejo (16), Alma (6), Tiago (6), Juan Manuel (4) y Selena (7 meses). “Como abuelo soy bueno. Capaz un poco ogro para las educaciones, pero muy respetado. Quizás no tan cariñoso, aunque ellos sí lo son conmigo y eso es lo importante. Mi familia fue clave porque una vez que fuimos papás yo me enfoqué en defenderla y trabajar para ella. Muchos decían que las actividades no me iban a dar para darle un buen futuro. Por suerte se equivocaron”.

Final cabeza a cabeza, con Falero conduciendo a Cantor Pampa, en una recordada carrera donde ganó por el hocico. (Hipódromo de Palermo)
Final cabeza a cabeza, con Falero conduciendo a Cantor Pampa, en una recordada carrera donde ganó por el hocico. (Hipódromo de Palermo)

Con el retiro definido decidió dedicarse a entrenar caballos. De hecho, ya comenzó con la actividad, aunque tiene en claro algo: “Voy a ser jockey siempre. Más por lo que fue mi carrera, significó lo máximo. Conocer gente, culturas. Conocí mucho. Yo digo que ser jockey te abre tantas puertas que no lo podés creer ni entender”.

Igualmente, como entrenador se ilusiona: “Voy a tratar de perfeccionarme para que cuando entren a las pistas tengan un sello como tuvo Pablo Falero desde arriba. Lo tengo que tener como entrenador también. Quiero darle al caballo lo que me dio a mí”. ¿Podrá hacer historia también en su nuevo rol?

Extraido de INFOBAE #PERFILES